Rafael Urdaneta, el caballero del Lago

 


Rafael Urdaneta, por Manuel Felipe Rinc贸n 


Sereno, sencillo, constante. Ambicioso, severo, vicioso. Responsable, tenaz, activo. Noble, caballeroso... brillante. El bronce lo cubre, el m谩rmol lo inmortaliza. El 贸leo de las pinturas y los pergaminos lo elevan al olimpo americano. Rafael Urdaneta, el hijo preclaro de Maracaibo, naci贸 hace 232 a帽os, el 24 de octubre de 1788. Hijo de Miguel Ger贸nimo Urdaneta y Mar铆a Alejandrina Far铆a, joven parti贸 a Bogot谩, donde le tom贸 el grito de independencia de la Nueva Granada.



Desde all铆 ascendi贸 en la carrera militar, uni茅ndose a Sim贸n Bol铆var. Cuando nadie cre铆a en aquel “calavera”, flaco, peque帽o y pele贸n, Urdaneta le dijo: “Si con dos hombres basta para liberar a la patria, pronto estoy a acompa帽arlo a usted”.

As铆 le dio su amistad a El Libertador, hasta m谩s all谩 de su muerte, el marabino, de 1,73 metros, delgado, siempre peinado hacia atr谩s, como lo retrataron Tito Salas y Mart铆n Tovar y Tovar. En la Nueva Granada le vieron utilizar bigotes, con largas patillas.

En la 茅poca terrible de la Guerra a muerte, Urdaneta se distingui贸 como uno de los m谩s nobles militares venezolanos. No derram贸 sangre por gusto, sino cuando la justicia as铆 lo exigi贸.

Las batallas no escondieron la personalidad del marabino. Y sin embargo, descubrir a un Rafael Jos茅 de carne y hueso es labor que ha sido olvidada, minimizada o reducida por los historiadores patrios, en su af谩n de hacer, de hombres, dioses.


Rafael Urdaneta, por Manuel Felipe Rinc贸n



Salvador Madariaga, espa帽ol que intent贸 hacer una biograf铆a de Bol铆var s贸lo utilizando fuentes contrarias a El Libertador, describi贸 a un Urdaneta en 1817, en Margarita, “acostado en una hamaca, d贸cil, caminando luego con una mujer de cada brazo”.

En esa misma etapa, Madariaga destaca su gusto por el tabaco. Lo ratifica el general en una carta a su amigo, Mariano Montilla, signada en 1828: “Agradezco mucho los habanos, aunque no han llegado; avisar茅 a usted si son buenos, y no ir谩n al caj贸n vac铆o”.

Como militar, Urdaneta se consagr贸 como uno de los mejores estrategas, despu茅s de hombres como Bol铆var, en Venezuela. Pese a que gan贸 20 combates y perdi贸 siete, siendo sitiado dos veces, no estuvo en las grandes batallas que pasaron a la historia de Am茅rica, como la segunda de Carabobo y Boyac谩.

¿La raz贸n? Su “mala suerte”, traducidas en enfermedades, incluyendo el c谩lculo vesicular que le cost贸 la vida en 1845.

El 24 de agosto de 1821, El Libertador evoca la “mala pava” de Urdaneta: “Si Ud. pierde la ocasi贸n de conducir nuestra bella Guardia a los hermosos campos de la gloria, debe darse un pistoletazo, porque la mala suerte le impide lo 煤nico que desea su coraz贸n, y la sola cosa que es digna de hacerle soportar las miserias humanas”.


Rafael Urdaneta de civil, por Manuel Puchi Fonseca



Sin embargo, la primera batalla de Carabobo y la defensa de Valencia, ambas en 1814, as铆 como la retirada de Occidente, mostraron a un Urdaneta de cabeza fr铆a, seguro en sus movimientos, fuerte a la hora de tomar decisiones.

“Serenidad, valor, nunca perdi贸 la cabeza ni se dej贸 arrastrar en melanc贸licas exclamaciones”, resalta el colombiano Joaqu铆n Tamayo, en su obra Nuestro siglo XIX, la Gran Colombia.

En medio de las balas, del desasosiego de las conspiraciones o de la tranquilidad de su hogar, nunca dej贸 que el mal humor le carcomiera. Como buen maracucho, Urdaneta era hombre de chanzas y dichos c贸micos, algunas veces pocos diplom谩ticos.

El 21 de enero de 1823, le escribe, desde La Grita (hoy estado T谩chira) a su entonces amigo, el general Francisco de Paula Santander: “Estoy asado con los grite帽os. No puedo conseguir un posta ni m谩s hombre que el juez pol铆tico que se vino conmigo (...) As铆 pues, no extra帽es que ahorque ya a alguno de esos diablos, si los cojo”.

“Vamos a la mecha”, cuenta a Antonio Leocadio Guzm谩n, en misiva del 8 de marzo de 1828. “Quevedo est谩 al casarse con Concha Arbelo: casamiento santo, 茅l sin capa y ella sin manto”.

La sucesi贸n de conspiraciones, como la de septiembre de 1828 y la erosi贸n de la Gran Colombia, le dieron alas a Urdaneta de pensar en una monarqu铆a a la francesa como tabla de salvaci贸n de la naci贸n. Mantuvo conversaciones con enviados galos, entre 茅stos el hijo del Mariscal napole贸nico Lannes, Duque de Montebello, para establecer a Bol铆var como rey de Colombia y, posteriormente, un monarca europeo.


Rafael Urdaneta, por Tito Salas


“Una monarqu铆a constitucional es lo 煤nico que puede dar vida a Colombia”, acotaba el pr贸cer marabino en una carta a Montilla, en 1829. “Si se tiene miedo al nombre, que yo no lo tengo, oc煤ltese si es posible, pero que lo sea en realidad, aunque se llame cualquier cosa”.

Aunque un cumplido caballero y limpio en sus cuentas estando en el poder, la pasi贸n por el juego le mov铆a. Recuerda Adolfo Romero Luengo, en su obra Presencia vital de Urdaneta en la emancipaci贸n y en el gobierno de Colombia la grande, que hasta perdi贸 dos casas en Maracaibo con el coronel Nicol谩s Joly, por una apuesta.

“Una de ellas fue entregada bajo documento de venta, en tanto que la otra, legalizada igualmente la venta, qued贸 siempre en su poder, por estar ocupada con la familia. As铆 fue convenido, entre amigos, adem谩s”.

Con la ca铆da de la Gran Colombia y la persecuci贸n a la que fue sometido “El Brillante”, se expuls贸 a su familia de la casa. “脡l sab铆a que deb铆a entregarla, mas no esperaba que se le obligase en tal forma. Era un nuevo golpe moral. Y cumpli贸”, cuenta el historiador altagraciano.


Rafael Urdaneta comandando la retirada de los 600, por Tito Salas


Era orgulloso Urdaneta, con un orgullo a lo ingl茅s. El historiador alem谩n Gerhard Masur, bi贸grafo de Bol铆var, rememora una felicitaci贸n de “El Libertador” a Sucre, en la que exaltaba como “el m谩s digno de los generales de Colombia”.

“Ese juicio sobre Sucre era completamente justo, pero Urdaneta se sinti贸 muy resentido”, completa el germano. Bol铆var intent贸 enmendar su dicho escribiendo “uno de los m谩s dignos de Colombia”, pero el da帽o estaba hecho.

Urdaneta, casado con la abnegada Dolores Vargas y padre de once hijos, siempre se mantuvo al lado de lo noble y lo limpio. El caballero del Lago, que muri贸 en el cumplimiento de su deber en Par铆s, Francia, el 23 de agosto de 1845, se mantendr谩 en la historia y la memoria de los marabinos.

Un “dandy” ingl茅s

Charles Stuart Cochrane, comandante de la Marina inglesa, conoci贸 a Urdaneta y a su mujer, Dolores Vargas, en Bogot谩: “El general Urdaneta y su esposa merecen que se les llame gente de buen tono; ambos har铆an distinguido papel en nuestra sociedad de Londres. 脡l es un hombre particularmente hermoso, bien educado, de las m谩s cumplidas maneras y se pirra por la indumentaria m谩s que ninguno de nuestros ‘dandys’ de Hyde Park. Su mujer es bonita, despierta, agradable, y luce de maravilla en un sal贸n de baile”.


                                             Cortometraje: Rafael Urdaneta 1/2


  

                         NATALICIO RAFAEL URDANETA, EJEMPLO LIBERTARIO





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