La hija de Le贸n Zinn cont贸 la historia de su padre. Relat贸 c贸mo viaj贸 desde Alemania y, odisea de por medio, la atenci贸n de los venezolanos para con los jud铆os que hu铆an del nazismo. La historia de los barcos Caribia y K枚enigstein merece ser recordada.
La historia de Le贸n Zinn merece ser contada una y otra vez. Nacido en Polonia, creci贸 en Viena, Austria, desde donde escap贸 del nazismo. Una astuta jugada de su madre le permiti贸 salir del campo de concentraci贸n de Dachau, al noroeste de M煤nich, donde estaba recluido, y comenzar un periplo que lo llev贸 a Venezuela, junto a muchos otros, pa铆s que lo acogi贸 con los brazos abiertos.
“Mi abuela Berta, decidida a salvar a su hijo, compr贸 un pasaje a Trinidad que inclu铆a la visa. En ese barco, que era el K枚enigstein, mi pap谩 se mont贸 con 26 a帽os de edad, solo, con la esperanza de un mundo maravilloso y desconocido”, cont贸 Susana Zinn, hija de Le贸n.
Los barcos Caribia y K枚enigstein sirvieron para que 251 jud铆os, en su mayor铆a ciudadanos de Viena, buscaran refugio en el Caribe. El relato completo se narra en el documental Los barcos de la esperanza, de Jonathan Jakubowicz y es menester recordarlo con ocasi贸n de los 76 a帽os de la liberaci贸n de Auschwitz, el mayor campo de exterminio del nazismo.
Las naves zarparon de Hamburgo: el Caribia, el 14 de enero de 1939. El K枚enigstein, un mes despu茅s. Le贸n, que viaj贸 en el K枚enigstein, escribi贸 un diario, que inspir贸 el documental y otras publicaciones, como Rumbo a la libertad, historia gr谩fica ilustrada por Eduardo Sanabria y publicada por Espacio Anna Frank, una organizaci贸n sin fines de lucro “que promueve la pr谩ctica de la coexistencia, entre los distintos grupos sociales de Venezuela, sin distingos de credo, raza, educaci贸n o posici贸n econ贸mica, cultivando principios como la sana convivencia, el respeto al diferente y la valent铆a moral”.

Venezuela los recibi贸
Ning煤n puerto del Caribe los quer铆a acoger. Trinidad, Barbados, Rep煤blica Dominicana y Guyana los rechazaron. Hitler presion贸 a los gobiernos para que no recibieran los barcos. Solo Venezuela asumi贸 el riesgo. El Caribia arrib贸 a Puerto Cabello el 3 de febrero de 1939. El 8 de marzo desembarcaron los pasajeros del K枚enigstein en La Guaira.
“Mi pap谩 me cont贸 c贸mo unos llegaron a Puerto Cabello, despu茅s de toda la odisea. Me explic贸 como la sociedad civil venezolana se organiz贸 y habl贸 con el general Eleazar L贸pez Contreras, presidente para el momento, para que los dejaran entrar”, indic贸 la hija de Le贸n Zinn.
“Ellos llegaron a las 3:00 am a Puerto Cabello y mi pap谩 me dijo c贸mo la gente sali贸 con sus carros y camiones a alumbrar el puerto. Llegaron con sus cuatros a cantar canciones, llevaron mangos y cambures. No pod铆an creer que despu茅s de haber sufrido el rechazo, el odio, el fanatismo, llegar a Venezuela y ver c贸mo los recib铆an con tanto cari帽o. Eso fue un shock para 茅l y para todos los viajeros”, detall贸.
“Fueron trasladados a la hacienda Mampote, en el estado Miranda, donde los atendieron hasta que pudieron valerse por s铆 mismos”, agreg贸.

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Emprendedor y perrocalentero
Le贸n era tip贸grafo de profesi贸n. Consigui贸 trabajo en Caracas. Paralelamente mont贸 un puesto de perros calientes en el Coney Island, un parque de atracciones que funcion贸 en San Martin, Los Palos Grandes y El Para铆so. “Fue el primer perrocalentero de Venezuela. Mi hermano tiene todas las facturas y los datos del alquiler del puesto”, se帽al贸 Susana Zinn.
Asimismo, asegur贸, fue el primer importador de productos Kodak a Venezuela.
“Todos los que llegaron eran emprendedores, gente que quer铆a trabajar”, resalt贸.

“Mi pap谩 siempre me dec铆a: Venezuela es un pa铆s 煤nico, no hay otro pa铆s como este en el mundo. La gente es maravillosa, solidaria”, destac贸.
“Me ense帽贸 que no hay que perder la esperanza. Que hay gente buena en el mundo y que la sociedad civil puede lograr mucho cuando est谩 unida; que la mayor铆a de la gente no es fan谩tica sino quiere el bien para los dem谩s”, manifest贸.
Le贸n Zinn se cas贸 en Venezuela. Tuvo tres hijos. Muri贸 en 1977.
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