La añorada “Ciudad Jardín”, “la cuna de la Aviación”, “la cantera de toreros”, la “encrucijada de todos los caminos” |
Maracay es una ciudad venezolana, capital del estado Aragua y del municipio Girardot. Se encuentra ubicada en la región central de Venezuela, al pie de la Cordillera de la Costa, y se ubica a 109 km al suroeste de la ciudad de Caracas. La ciudad es apodada frecuentemente como «Ciudad Jardín» y en menor medida como «la Cuna de la Aviación Venezolana» o «La Cuna de Grandes Toreros».
Su denominación político-territorial ha sufrido con el paso de los años, es por ello que en las páginas históricas se habla de Maracay como villa de la provincia de Caracas, posteriormente de la provincia de Aragua, del estado Aragua, después parte del estado Guzmán Blanco, para quedar definitivamente como capital del estado Aragua.
Durante la presidencia del general Juan Vicente Gómez se evidenció una transformación debido a la influencia del general —quien por intereses económicos y políticos— que promovió una serie de transformaciones político-administrativas en el urbanismo civil y militar para convertirla en una ciudad «moderna» para la época.
En los años 1950 se gestó un importante proceso de industrialización en la ciudad y en los años 1960 se produjeron fuertes movimientos de inmigración e invasión de tierras.
Es la octava ciudad más poblada de Venezuela.
El área metropolitana de Maracay tiene una población de 1 212 981 (2011) habitantes. Esta área está comprendida por los municipios de Girardot, Mario Briceño Iragorry, Santiago Mariño, Francisco Linares Alcántara, Libertador, Sucre y Bolívar.
Es conocida como «La cuna de la aviación venezolana» —tanto civil como militar— pues allí nació en 1929 la primera aerolínea del país —Aeropostal—, cuyo aeropuerto natal fue la Base Mariscal Sucre —seno también de la escuela primigenia de la Fuerza Armada Nacional—. La ciudad es una reconocida por su zona industrial y por ser un centro cultural debido a la cantidad de museos, teatros y bibliotecas.
Historia
Antecedentes
Originalmente la zona en donde se encuentra la ciudad estuvo habitada por los tacariguas y los guayamures, nombre de las tribus aborígenes que se establecieron en las orillas del lago de Tacarigua durante en el período prehispánico que data entre 1000 y 1500 d. C. Sus orillas fueron un centro de una cultura indígena muy importante en Venezuela.
De centro a oriente se distinguían, entre otras, las etnias caribes de los meregotos y los caracas en la zona del valle de Aragua al valle del Tuy.
Período colonial
Los terrenos donde hoy se encuentra la ciudad de Maracay, fueron otorgados originalmente al conquistador español Sebastián Díaz Alfaro en el siglo xvi; y a su muerte pasó a su hijo Mateo. Su población se fue estableciendo espontáneamente alrededor del río Maracay, en el valle de Tucupido y Tapatapa. La mayoría de sus habitantes fueron españoles que se dedicaban al cultivo de cacao, maíz y algodón. Igualmente hubo asentamientos arahuacos controlados por el cacique Terepaima, sucesor de Guaicaipuro.
A finales del siglo xvii aproximadamente cuarenta y ocho familias se reunieron en una junta y designaron al marqués de Mijares y a don Andrés Cuadras para pedir al obispo Diego de Baños y Sotomayor el permiso para la edificación de una iglesia —hoy Catedral de Maracay— en honor a San José. El obispo concedió tal estado religioso el 5 de marzo de 1701, tras lo cual se erigió como vicefeligresía el templo de San José de Maracay. La fecha de este evento es tomada como la de su fundación —destacando que Maracay fue declarada como parroquia eclesiástica, no ciudad, ni villa, ni pueblo—.
Los primeros años del poblado transcurrieron modestamente con las siembras en conucos, hasta que un nuevo cultivo cambia la vida económica de la región: el añil —utilizado para teñir de azul las telas— que tomó el segundo lugar como producto de exportación nacional.1 Debido a las escasez de esclavos llegan de los Llanos más de cinco mil hombres que aumentaron repentinamente la población de Maracay.
Para 1798 hay más de siete mil habitantes, entre ellos tres mil blancos, una cantidad similar de negros libres y casi seiscientos esclavos. Con la era del añil y el incremento de los huéspedes, Maracay se convirtió en un lugar agitado.
El obispo de la diócesis de Venezuela Mariano Martí en una de sus minuciosas visitas pastorales, describió a Maracay como «un pueblo alegre y floreciente».
En 1800, el naturalista y geógrafo alemán Alexander von Humboldt visitó Maracay, a la que llamó «Ciudad Jardín», hospedándose en la casa de La Glorieta, propiedad del canario Alejandro González —hoy avenida Bolívar cruce con Junín—.
La población ya sobrepasaba los 7 000 habitantes y el cultivo del añil estaba en su apogeo. Durante su visita el biólogo quedó muy impresionado con el pueblo y su gente, vio también el Samán de Güere y asombrado con su tamaño creyó al principio que era un cúmulo de árboles —para ese entonces el samán ya tendría 600 años de edad aproximadamente—.
La ciudad tuvo un papel importante en la lucha de independencia de Venezuela ante el Imperio español, siendo capital provisional de lo que sería Venezuela, al momento en que Francisco de Miranda establece su cuartel general en la hacienda «La Trinidad», que pertenecía al marqués de Casa León, en 1812.
En 1813 Simón Bolívar llega a Maracay con el cortejo fúnebre portando el corazón del oficial neogranadino Atanasio Girardot, muerto en la Batalla de Bárbula. El 22 de enero de 1814 «el Libertador» elevó a Maracay —conjuntamente con La Victoria y Turmero— a la categoría de ciudad, veinte días después de que el Congreso de Venezuela le otorgara los poderes absolutos
Fue así como la agricultura fue el principal acicate del florecimiento de la urbe, especialmente el cultivo del añil; de esa planta usada para teñir telas, se exportaban en grandes cantidades a Europa y proporcionaban proventos a la Corona, a propietarios y a jornaleros. En 1789 se exportaron al Reino de España unas 300 000 libras de añil.
Postindependencia
En octubre de 1821 es designado Salvador Michelena primer alcalde del Maracay libre, después de la batalla de Carabobo, victoria decisiva en la liberación del territorio venezolano tras la expulsión definitiva de las tropas españolas.
Conquistada la independencia, Maracay sufre los rigores de una economía maltrecha que detiene su desarrollo. El 12 de marzo de 1879 el gobierno de Antonio Guzmán Blanco erige a la ciudad con el nombre de territorio federal Maracay. Igualmente, el 25 de julio de 1888 tiene lugar en la hacienda «San Jacinto», la ruptura de la amistad entre los generales Antonio Guzmán Blanco y Joaquín Crespo.
En la última década del siglo xix las cosas empiezan a cambiar en la región cuando el presidente Joaquín Crespo refuerza la condición de punto estratégico de la ciudad cuando el Gran Ferrocarril de Venezuela instala una de sus más importantes estaciones en todo lo largo de los valles de Aragua el 1 de febrero de 1894. El 5 de julio de 1897 se inaugura en la plaza Mayor, un monumento de un pedestal con un águila de bronce, honrando a los estadounidenses que fueron ejecutados en la ciudad de Puerto Cabello por colaborar con el Generalísimo Francisco de Miranda, en 1806.
Para principios del siglo xx, Maracay era un pueblo de apenas cinco mil habitantes y de aproximadamente 1800 casas. Su actividad económica se basaba en la agricultura y la cría de ganado. Las familias principales de la época tenían residencia en el poblado y este contaba con pocas calles. Igualmente, Maracay era llamada indistintamente como pueblo, aldea, aldehuela, villa, entre otros.
En 1898 la ciudad es elevada por primera vez como capital, en esta oportunidad del Gran Estado Miranda, pero por poco tiempo. Un año después, Cipriano Castro viene desde Los Andes al frente de la Revolución Liberal Restauradora para tomar el poder junto a su compadre Juan Vicente Gómez. En el camino hacia Caracas, Gómez conoce Maracay y queda fascinado por su clima y su paisaje recordando a su ciudad natal San Antonio del Táchira. El entonces vicepresidente de Venezuela Juan Vicente Gómez promovió la primera feria josefina en Maracay en el año 1905 con tres corridas de toros en un circo improvisado en el centro de la ciudad, cerca de la plaza Girardot y la catedral. En 1908, siendo presidente de Venezuela, Gómez declara a Maracay como capital política de Venezuela y en 1909 se muda a la ciudad.
Gomecismo
Los años de tranquilidad brindados por la primera etapa del gobierno del general Juan Vicente Gómez, quien fuese apodado como el Benemérito, motivaron el traslado de comerciantes emprendedores regularmente establecidos en Caracas. Así nace un creciente interés por la región aragueña que ofrece la posibilidad de instalar negocios vinculados a la tierra y el ganado. En julio de 1910, Gómez ordena la creación en cada estado de la República una carretera central para el movimiento de exportación de los frutos y de importaciones comerciales. Con esto empieza la construcción de la carrera de Maracay a Ocumare de la Costa. Igualmente el 15 de abril de 1912 se crea la Escuela de Agricultura, Cría y Veterinaria, ubicándola en edificios y terrenos de la propiedad denominada La Trinidad.
Para 1915 se inauguran las instalaciones de la fábrica de Papel Maracay, cuyos principales accionistas son el general Juan Vicente Gómez, el general Félix Galavis, Pius Schlageter y Mauricio Sosa Báez. Para ese mismo año, Maracay ya tiene un jardín zoológico, un hipódromo (fundado en enero de 1911), un circo-teatro (fundado en enero de 1912), un banco y más compañías que se han inaugurado. Durante este período la inversión en obras públicas en el estado Aragua superó las del Distrito Federal, y la construcción de la carretera a Ocumare de la Costa (Inaugurada por Gómez el 9 de mayo de 1916) hace que Maracay tenga un puerto bajo su control, siendo la razón por la cual Gómez plantea oficialmente la designación de Maracay como capital del estado Aragua, sustituyendo a la ciudad de La Victoria el 21 de junio de 1916, siendo aprobada el 12 de marzo de 1917.
Para 1918 la gripe española azota Venezuela, en la capital de estado Aragua una de las víctimas es Alí, hijo del general Gómez. En su honor, Gómez ordena la construcción de un mausoleo de estilo morisco, diseñado por Antonio Malausena, en 1919, y ubicado al lado del cementerio La Primavera.
Años después de que la gripe azotara Maracay, la ciudad vuelve a la calma, las peleas de gallos y los toros coleados se ven reforzadas con otras disciplinas que ganan atención entre los habitantes, como el ciclismo. Gracias al patrocinio de Florencio y Juan Vicente Gómez, hijos del general Gómez, el béisbol se convierte en otro de los deportes favoritos por los maracayeros, siendo Maracay Baseball Club el primer equipo de la ciudad.
A mediado de los años 1920, Venezuela comienza a ver otro tipo de fruto salido de la tierra. En Maracay la renta petrólera permite que el presupuesto nacional se eleve lo suficiente para emprender la construcción de obras públicas y la creación de más industrias. Para 1926, gracias a compañías como Telares de Maracay (Fundada ese mismo año por Gómez) se comienza con la edificación de las tres primeras urbanizaciones de la ciudad, diseñadas para albergar a los técnicos y obreros catalanes. Además la tradición ganadera incursiona en nuevos caminos, cuando el 24 de julio de 1928 se inaugura el matadero de Maracay, cuya construcción se inició en 1927, bajo la dirección del ingeniero francés André Potel.
Esto en respuesta a la importancia ganadera en la región ya que no solo fue el ganado criado en los valles, sino que los valles de Aragua se convirtieron en el cebadero y región depositaria de miles de cabezas de ganado proveniente de los Llanos de Venezuela. Más adelante, en 1934, se funda en la ciudad la Ganadería Industrial de Venezuela, con el propósito de contribuir a la mejoría económica de criadores y cebadores, además de lograr el incremento del consumo interno y las exportaciones. Juan Vicente Gómez era unos de los principales accionistas, por lo que la empresa recibió todo el apoyo económico del gobierno para desarrollar su infraestructura y costear la compra de maquinarias y equipos.
También en 1929 empieza a funcionar el mercado principal de Maracay.
Cabe destacar que durante ese período, en 10 de diciembre de 1920 se instala la Escuela de Aviación Militar en terrenos de la hacienda San Jacobo, siendo este el inicio de la aviación en Venezuela.
Cuatro meses después el piloto Manuel Ríos se convierte en el primer venezolano en volar sobre Maracay con el título de Aviador Militar. En 1928 el piloto Charles Lindbergh, famoso por cruzar el océano Atlántico en un vuelo sin escalas en solitario, visita Maracay, donde era esperado por una comitiva encabezada por el presidente Juan Vicente Gómez.
Para 1929 con el terminal para hidroaviones, la empresa alemana Junkers en el lago de Tacarigua, se abre un camino hacia los negocios al iniciar sus vuelos de ruta nacional la empresa Aeropostal.
Ciudad Jardín
Para 1929 la inversión en obras públicas en el estado Aragua es tres veces superior a la del Distrito Federal, y Maracay comienza su expansión hacia el este. Con la coordinación del ingeniero francés André Potel, los arquitectos venezolanos Ricardo Razetti, Carlos Raúl Villanueva, Carlos Guinand Sandoz y Luis Malaussena, entre otros, realizan un conjunto de obras bajo el concepto Ciudad Jardín, donde la naturaleza es rigurosamente protegida. Estas obras que contrastan en un entorno de modestas dimensiones son para su principal inspirador y gestor el general Gómez, la manera de exaltar la conmemoración del centenario de la muerte del Libertador Simón Bolívar.
Cuando la década de los años 1930 apenas comenzaba, la era del cine en Maracay también. En el Teatro de Maracay y en los cines Girardot, Central y Miranda los maracayeros hacían filas para ver las películas del momento. El cine nacional también da uno de sus más importantes pasos al instalarse la sede de los laboratorios nacionales y Maracay Films bajo la dirección de Efraín Gómez, responsable de una producción cinematográfica abundante que da a conocer en las pantallas de cine del país a Maracay y al personaje predilecto de sus filmaciones, su tío el general Juan Vicente Gómez. Fue así como la ciudad fue testigo de la innovación que transformó el espectáculo cinematográfico. En dicho laboratorio se filma El milagro del lago, primer documental a color realizado en Venezuela y en América Latina.
En 1930 los habitantes vieron mejorada su calidad de vida por la renta petrolera, momento en el cual el general Juan Vicente Gómez anuncia que el Estado ha pagado toda su deuda externa. El 19 de diciembre de 1930, miles de personas acuden a la inauguración de la plaza Bolívar, para ese entonces la plaza más grande del país y de América del Sur, y en la misma jornada de inaugura el hospital civil.
Además de la inauguración de la Plaza Bolívar, en diciembre del mismo año se inaugura el hotel Jardín, diseñado por Carlos Raúl Villanueva, siendo el evento turístico más esperado de los últimos años.
Para cubrir la necesidad de disfrutar la fiesta brava en Maracay y en el marco de la Feria de Maracay, se inaugura el 20 de enero de 1933 la plaza de toros de Calicanto por iniciativa de los hijos de Gómez. Esta construcción inspirada en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, se convierte en una de las obras arquitectónicas más importantes del país y recibe a famosos matadores de la época.
Últimos años del gomecismo
En 1935 el General Gómez consume sus últimos meses de vida, un obsequio de su nieto Marcos se convirtió en el punto de referencia de la ciudad, el Toro de Las Delicias. El monumento se convirtió en uno de los iconos más emblemáticos de la ciudad, símbolo del antiguo emporio pecuario del estado Aragua. Además, la ciudad y sus políticos de la época eran muy aficionados a las corridas de toros, añadiendo al toque místico del monumento. Varias empresas, incluyendo el Lactuario de Maracay (f. 1908), y el antiguo Banco Obrero, llevan como símbolo una caricatura de la estatua.
Gómez también recibiría como regalo la llegada del tanguero Carlos Gardel en el mes de mayo al Hotel Jardín. Ese mismo mes, Gómez encarga al arquitecto Luis Raimundo Malaussena el diseño del Teatro de la Ópera de Maracay, proyectado como el más grande de Venezuela. Con la muerte de Gómez, la construcción se interrumpió hasta 1973, cuando finalmente se completó.
Durante el período del general Juan Vicente Gómez (1908-1935), Maracay sufrió una fuerte transformación urbanística y económica. Gómez sentía un apego muy especial por la ciudad de Maracay, en donde prácticamente despachaba su presidencia, en esta ciudad construye la plaza Bolívar más grande que existe en el mundo, de estilo parisino, además ordenó la construcción de un Arco del Triunfo, una plaza de toros (una réplica de la de Sevilla, España), un teatro de ópera, un zoológico, y el Hotel Jardín, una construcción atractiva y majestuosa para su época, con jardines turístico grandes. En esta época la ciudad de Maracay toma el apodo de Ciudad Jardín de Venezuela, por sus exuberantes jardines.
Postgomecismo
Luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, comienza la transición en Venezuela, un país sin presos políticos y que recibe a los que huyeron de la dictadura. En 1936 se habla de partidos políticos y sindicatos. El presidente Eleazar López Contreras emprende un gobierno de aprendizaje democrático. Además, las propiedades de Gómez pasan a ser parte de la nación.Lejos de lo que se pensaba, en Maracay el impulso de las instituciones continúa, y programas sociales como «La gota de leche» ofrecen beneficios para las numerosas familias aragueñas que crecían a ritmos acelerados. Las inauguraciones en Maracay no se detuvieron, en 1943 se inaugura la Escuela de Aviación Civil. En esta fecha el mecánico Manuel Murillo se convirtió en el primer paracaidista venezolano que se arroja a suelo venezolano.
En 1937 se emite el decreto de creación del parque nacional Rancho Grande para resguardar la fauna y flora que habitan en la cordillera de la costa, al norte de la ciudad. El parque fue rebautizado en 1953 con el nombre de Henri Pittier, insigne geógrafo, botánico y etnólogo suizo, quien llegó a Venezuela en 1917, clasificó más de 30 mil plantas en el país y se dedicó por muchos años al estudio de la flora y la fauna existente en el parque.
Maracay se convierte en el bastión contra el combate de una enfermedad que ha diezmado a la población venezolana, la malaria. La enfermedad pudo controlarse gracias al Dr. Arnoldo Gabaldón quien ejecuta una doctrina sanitaria que pasa a la historia y cambia el destino de miles de venezolanos.
En 1945, Maracay se estremece con los sucesos que desembocan en el derrocamiento del presidente Isaías Medina Angarita. Son precisamente los cuarteles de Maracay y la aviación en manos insurgentes los que deciden la suerte final del régimen. Igualmente, es abatido en la sede de la guarnición el presidente del estado Aragua, Aníbal Paradisi.
El 1 de enero de 1958 tiene lugar en la ciudad el alzamiento de varias unidades militares que inician el movimiento cívico-militar que derrocaría el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez. Este movimiento influiría en el golpe de Estado de ese mismo año, por medio del cual se puso fin al gobierno del general Marcos Pérez Jiménez quien se vio forzado a abandonar el país con rumbo a República Dominicana a bordo del avión presidencial «La Vaca Sagrada».
La arquitectura maracayera se caracteriza por poseer una mezcla de estilos como se refleja en los cambios entre las tendencias a lo largo de varios períodos de la historia de la ciudad. Ejemplos de la arquitectura colonial incluyen estructuras tales como la catedral de Maracay.
Después de la independencia de Venezuela, un cambio gradual hacia los estilos neoclásico y art déco tuvieron lugar en la ciudad. Muchas de estas construcciones fueron influenciadas por el estilo arquitectónico francés. Algunos edificios del gobierno, así como las principales instituciones culturales fueron construidas en este período de tiempo arquitectónico. El siglo xx ha visto la edificación de la Torre Sindoni, el rascacielos más alto del interior del país, y a su vez particularmente se han construido edificios de menor tamaño en las zonas urbanas de la ciudad.
Plazas, parques y jardines
En la actualidad Maracay cuenta con parques que forman parte del patrimonio de la ciudad y del país. El parque Santos Michelena, ubicado entre las avenidas Ramón Narváez y Bolívar, es uno de los parques más antiguos de la ciudad, además de estar muy ligado al deporte por su cantidad de espacios deportivos distribuidos dentro de sus 8 ha.
Al otro extremo de la ciudad, al final de la avenida Constitución se encuentra el parque acuático metropolitano, que con sus 26 ha es el parque más grande, y el único parque acuático de Maracay. El parque recreacional Carlos Raúl Villanueva, antiguo Country Club, ubicado a lo largo de la avenida Las Delicias, es también uno de los parques más visitados por la población, así como también lo es el parque El Ejército, también conocido como Las Ballenas, de la avenida Sucre, por su fuente de soda, instalaciones para hacer ejercicios y espacios de comida.
Otro parque importante es el parque de Ferias de San Jacinto, provisto de áreas verdes, cuadra ecuestre, parque de atracciones mecánicas y servicios de comida rápida, así como espacios deportivos. A su vez, el parque zoológico Las Delicias, es el único zoológico de la ciudad. En 2015 se proyectó una ampliación de dicho zoológico, así como la inclusión de un acuario.
Igualmente la ciudad de Maracay esta provista de importantes plazas, como la plaza Bolívar, en su tiempo considerada la plaza más grande de América del Sur.
La plaza Girardot es la plaza más longeva de la ciudad, ya que acompañó a la ciudad incluso antes de su fundación, cuando por entonces se llamaba plaza Mayor. La plaza Bicentenaria, ubicada en pleno centro histórico de Maracay, también es otra de las plazas más importantes.
Otras plazas menores como la plaza El Ancla, plaza Felipe Guevara Rojas, plaza La Soledad, entre otras, pueden ser visitadas en cualquier día del año.
Plaza Bicentenaria. |
Plaza Felipe Guevara Rojas. |
La redoma de San Jacinto es una de las arterias viales más concurridas de la ciudad. |
El cunaguaro es un felino que en ocasiones puede ser avistado en la ciudad. Además, comúnmente es asociado como símbolo de esta. |
El Toro de Las Delicias fue uno de los últimos regalos que recibió Juan Vicente Gómez. A la postre se volvería un icono de la ciudad. |
Vista frontal del Hospital Civil de Maracay. Vista de la plaza Bolívar de Maracay, para el momento de su construcción, la plaza más grande de América del Sur. |
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